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Topographies of the Obsolete (2020) 

Lithography on handmade paper (Kozo and cotton from mattress),  raw cotton and rust.

Variable dimensions

10 pieces (13 cm x 8 cm x 1.5 cm each mattress)

Alicia Sánchez
González, mother of eight children, raised her family by manufacturing mattresses in a residential neighborhood in the south of Bogotá. During the 1960s, it was uncommon and unacceptable to see a single mother driving a truck, carrying bundles of cotton brought from Sincelejo to Bogotá, and even more, carrying her children in the truck while distributing mattresses that she sewed and filled with five other women who helped her in her house-factory. As her granddaughter, I cannot see the mattress solely in its basic function to receive and resist the body. Since I was little, I recognized the hiddenness of the mattress: its cotton entrails and the labor and craft involved in this object. I have explored this memory constantly throughout my
creative processes, studying the social, sensitive, and metaphorical layers present in the mattress.

With these questions in mind, I produced Topographies of the Obsolete, a series of ten sculptural objects made with handmade paper, using cotton fiber from abandoned mattresses, which I have been collecting throughout Bogotá. The pieces in this work are mattresses made out of mattresses: cotton is cooked with soda ash, converted into pulp, formed into a paper sheet, to later be printed using plate lithography with the iconic striped pattern very common in Colombia. They are filled with the raw cotton, sewn by hand, and stained with rust from the same object. I see this series of handmade mattresses as an evocation of memory. I am also consciously aware of their objectual and material presence as I witness the increase of abandoned mattresses in the city since the arrival of the COVID-19 pandemic. Each mattress that I recreate is an attempt to remember and find my grandmother’s hand in those abandoned bodies. I perform an autopsy on each mattress. I find, I open it, I disassemble it, I cook it, I turn it into a pulp, to create new topographies and vestiges of bodies, labor, and memory.

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Topografías de lo Obsoleto (2020) 

Litografía impresa sobre papel hecho a mano (fibra de algodón de colchón) , algodón crudo y óxido.

Dimensiones variables

10 piezas (13 cm x 8 cm x 1.5 cm cada colchón)

Fotografías: Cesar Faustino

Alicia Sánchez González, madre de 8 hijos levantó a su familia fabricando colchones, en plena década de 1960 cuando los señalamientos sociales no aceptaban ver a una mujer conduciendo un camión, cargando bultos de algodón traídos desde Sincelejo a Bogotá, ni mucho menos, cargando con sus chinitos en el camión, distribuyendo los colchones que ella misma cosía y rellenaba junto a cinco mujeres más que le ayudaban en su casa-fábrica. Yo, la nieta de la mujer colchonera, no puedo ver los colchones desde su básica función para recibir y resistir al cuerpo, pues desde pequeña reconocí lo oculto de ellos: sus entrañas de algodón y la labor del cuerpo en interacción con la materia que pasa por este objeto. Dicha memoria ha sido detonante en mis procesos de creación y me ha permitido estudiar las capas sociales, sensibles y metafóricas presentes en el colchón.

En este sentido, Topografías de lo Obsoleto constituye una serie de objetos escultóricos elaborados con papel hecho a mano, usando fibra de algodón, proveniente de colchones abandonados, que he venido recolectando en mi transitar en la ciudad. Los colchones de esta obra son colchones hechos de colchón: convertidos en pulpa, en hoja de papel, para luego ser impreso en litografía sobre Aluminio, rellenos, cosidos y manchados con óxido proveniente del mismo objeto. Operan como una evocación de la memoria, pero también, su presencia objetual y matérica se hizo más consciente desde el incremento de colchones abandonados en la ciudad con la llegada de la pandemia actual.

Me interesa evocar lo que emana el cuerpo y es permeado por la dermis del colchón, cada uno con su historia y grafía. Cada colchón que recreo es un ensayo de memoria, con la esperanza de encontrar en esos cuerpos abandonados la mano de mi abuela. A cada colchón que encuentro le practico una autopsia, lo abro, lo desarmo, lo cocino, lo vuelvo pulpa, para crear nuevas topografías y vestigios de cuerpos.

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